Ser Entrenador Personal

Ser entrenador personal, no solo exige conocimientos relacionados con la actividad física y el deporte, fisiología o Anatomía, nutrición o suplementación. Ser entrenador Personal exige conocer a las personas, sus características y necesidades, sus experiencias y posibilidades. Muchas veces la falencia más grande del entrenador Personal, es su propio ego, no escuchar a sus clientes, no tenerlos en cuenta, no observar sus gestos sus dolencias su desinterés, su abandono.

No observar que las culpas de la deserción son compartidas, que muchas lesiones pudieron ser evitadas, que muchos objetivos no eran necesarios o eran demasiado, no ser sinceros. No ser profesionales.

Cuando hablo de sinceridad me refiero a respetar las posibilidades del cliente más que sus deseos, estos últimos muchas veces, son demasiado costosos, a veces alcanzar un objetivo demasiado alto o rápido, puede provocar una dolencia o una lesión crónica, y es nuestra responsabilidad.
Me refiero a ser profesional con ser racional con el cliente, concretar y consensuar como equipo de trabajo, objetivos saludables y adecuados, para que sean viables, posibles y sin riesgos, porque en definitiva somos agentes de salud.

Lo mejor que podemos hacer es que nuestros clientes disfruten del entrenamiento, no todo es sudor y lagrimas, no todos somos iguales. Hay un Entrenamiento Personal para cada persona y de eso se trata